Desde junio comenzó la temporada ciclónica en el Atlántico, y precisamente en estos meses de septiembre, octubre y agosto se encuentra en su período más activo. Quizás para alguien de cualquier otro lugar del mundo, esto es algo que pasa desapercibido, pero viniendo de una isla del Caribe como yo, es imposible estar ajeno al fenómeno aunque se esté lejos.
Nunca se preguntaron qué pasa con estas tormentas cuando afortunadamente como decimos en Cuba "se pierden" en el Atlántico? Siempre se dice que a medida que suben en latitud, no "sobreviven" a lo frío de la temperatura en el agua y sencillamente se desintegran. Si bien esto no deja de ser verdad, a veces las tormentas se embullan a hacerle la visita a los vikingos!
Cuando por primera vez oí sobre esto, sencillamente me reí para mis adentros y escuché la historia de árboles caídos y vientos fuertes con bastante esceptiscismo e incredulidad. A fin de cuentas, qué podrían saber los suecos sobre huracanes? Pues bien, si cierto es que quizás no saben de huracanes como los conocemos en el Caribe, sí tienen de vez en cuando alguna que otra tormenta tropical con los famosos "vientos plataneros" como decimos en Cuba, que hace que más de uno tenga que dejar la bicicleta en la casa porque sencillamente es imposible pedalear en contra del viento.
La semana pasada por ejemplo, hubo dos días de mal tiempo y un viento en el cual no se podía ni caminar. "Katia" se llamaba el organismo que según mis amistades y familia en Cuba se había desaparecido en el Atlántico, y resulta ser que vino a parar aquí. Realmente difícil de creer si no se ve con los propios ojos.
En enero del 2005 por ejemplo, azotó la parte norte europea el huracán(orkan) categoría 1 llamado Gudrun, uno de los más poderosos y "devastadores" que ha llegado hasta Escandinavia. Los daños fueron considerables al punto de que no solo muchos fueron los árboles caídos, sino que miles de casas quedaron sin electricidad durante días tras el paso de la tormenta. Un fenómeno que suena más que familiar, tristemente. Imagínense sin embargo, lo que significa en Suecia que no haya electricidad durante días en el mes de enero tras el paso de un "huracán". Nada de calefacción en las casas, lo cual en un enero normal hubiera sido crítico para los suecos, sin embargo, como por obra divina, la temperatura más alta para ser enero se registró ese año, con un máximo de 11.4 grados.
Así que no más esceptiscismo cuando de tormentas tropicales en Suecia se hable, por raro que suene, es real, aunque para fortuna de los inmensos bosques escandinavos, no sucede muy a menudo.
Nunca se preguntaron qué pasa con estas tormentas cuando afortunadamente como decimos en Cuba "se pierden" en el Atlántico? Siempre se dice que a medida que suben en latitud, no "sobreviven" a lo frío de la temperatura en el agua y sencillamente se desintegran. Si bien esto no deja de ser verdad, a veces las tormentas se embullan a hacerle la visita a los vikingos!
Cuando por primera vez oí sobre esto, sencillamente me reí para mis adentros y escuché la historia de árboles caídos y vientos fuertes con bastante esceptiscismo e incredulidad. A fin de cuentas, qué podrían saber los suecos sobre huracanes? Pues bien, si cierto es que quizás no saben de huracanes como los conocemos en el Caribe, sí tienen de vez en cuando alguna que otra tormenta tropical con los famosos "vientos plataneros" como decimos en Cuba, que hace que más de uno tenga que dejar la bicicleta en la casa porque sencillamente es imposible pedalear en contra del viento.
La semana pasada por ejemplo, hubo dos días de mal tiempo y un viento en el cual no se podía ni caminar. "Katia" se llamaba el organismo que según mis amistades y familia en Cuba se había desaparecido en el Atlántico, y resulta ser que vino a parar aquí. Realmente difícil de creer si no se ve con los propios ojos.
En enero del 2005 por ejemplo, azotó la parte norte europea el huracán(orkan) categoría 1 llamado Gudrun, uno de los más poderosos y "devastadores" que ha llegado hasta Escandinavia. Los daños fueron considerables al punto de que no solo muchos fueron los árboles caídos, sino que miles de casas quedaron sin electricidad durante días tras el paso de la tormenta. Un fenómeno que suena más que familiar, tristemente. Imagínense sin embargo, lo que significa en Suecia que no haya electricidad durante días en el mes de enero tras el paso de un "huracán". Nada de calefacción en las casas, lo cual en un enero normal hubiera sido crítico para los suecos, sin embargo, como por obra divina, la temperatura más alta para ser enero se registró ese año, con un máximo de 11.4 grados.
Así que no más esceptiscismo cuando de tormentas tropicales en Suecia se hable, por raro que suene, es real, aunque para fortuna de los inmensos bosques escandinavos, no sucede muy a menudo.
Tengo una amistad sueca que me habló de huracanes y no lo creí por ese me remito a Google y encontré su artículo. Me pasó como a usted quedé escéptica. Si no lo leo no lo creo👍
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