Stockholm

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sábado, 30 de enero de 2016

Esquiar, esquiar, esquiar


Una de las formas más efectivas de darse cuenta que el invierno llegó es por los temas de conversación a la hora del café en los trabajos. En vez de hablarse de viajes, de playa o del clima (como generalmente se hace en el otoño) todo lo que oyes es el tema "esquiar". Ya sea esquí de distancia (längdskidor) o esquí loma abajo (slalom o utför). El que no habla de ir el fin de semana a esquiar, comenta sobre sus mejores o peores experiencias "i backen" (en la montaña), o si no de lo caro que cuesta comprar esquies y es que las familias acostumbran a irse todos cuando los niños pasan de los 3 años a las "vacaciones de invierno" (vintersemester) en las montañas. Durante una semana o a veces solo un fin de semana largo, viven en una cabañita por las noches y los días se los pasan esquiando de sol a sol, y haciendo fika en los descansos.





Foto: http://blogg.loppi.se/annikaduckmark/soft-i-fjallen/

 En medio de toda esa charla estas tú, que vienes de otro país y nunca te has puesto un par de esquies. Sencillamente no tienes nada que decir al respecto, lo cual sucede a veces y es normal en toda conversación. Así que terminada la pausa regresas a tu puesto de trabajo y esperas que en la próxima ocasión que te reúnas con tus colegas, no salga el dichoso tema del esquí.  Ilusión de tontos! En años anteriores ha llegado a ser monótono el oír las historias de las montañas más difíciles o "negras" si se traduce literalmente (svarta backar), de las curvas peligrosas y toda la conversación que no tiene fin.
Este año sin embargo me he propuesto yo, hacer algo al respecto.

Si eres una persona que como yo disfrutas de hacer ejercicios y estar al aire libre,en contacto con la naturaleza, oír hablar de los deportes de invierno te dará un poco de pesar, pues aprender cuando ya no se es un niño no es tan fácil como parece. Sin embargo, en las instituciones de esquiar en las montañas no solo se pueden alquilar los esquies sino que hay en algo que le llaman skidskola (escuela de esquí) en la que tanto niños como adultos pueden tomar lecciones cuando están aprendiendo a esquiar.

Yo he tomado hasta ahora tres lecciones y si bien siento que la técnica ya la he aprendido bastante bien,  el miedo a la altura y a la velocidad que se alcanza en las montañas, hasta en las más sencillas es algo que me va a costar trabajo superar. Me imagino la experiencia sea distinta de persona a persona,  pero en mi caso es una sensación casi de pavor a medida que va aumentando la velocidad. Igual si uno aplica bien los movimientos del esquí pues se logra hasta frenar casi total, pero es difícil mantener la cabeza sobre los hombros cuando el miedo se apodera de ti.

Así que mientras tú luchas por atreverte y pensar que "del piso no pasas" si te caes (como decimos nosotros los cubanos), te encuentras con niños que no tienen más de 5 años que se lanzan y esquian hasta de espalda! y es que para los nacidos en países fríos esquiar y patinar son como montar bicicleta que casi todo el mundo lo aprende de niño. Para nosotros la historia es diferente, sin embargo, por trabajo y horas de frustración que cueste, ciertamente vale la pena aprender! Cuando en Roma, hay que hacer como los romanos, no es así como dice el dicho?

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