Cuando llega diciembre y los días empiezan a ser más cortos, la temperatura a bajar y la nieve a caer pues comienza a tomarse el popular glögg sueco. Una bebida que es un tanto peculiar tanto en sabor como en olor.
Recuerdo los primeros años celebrando Navidades acá. El olor del glögg me recordaba la sala de esterilización de la clínica dental donde trabajaban mis padres y donde tantas y tantas horas pasé de niña. No entiendo por qué hice la asociación, pero el caso es que estuve un par de años sin poder hacer más que probar el glögg. Hoy por hoy puedo decir que he aprendido a tomarlo y de hecho ya ni pienso en la sala de esterilización! Es bien especial y extremadamente sabroso principalemente cuando se está afuera tiritando del frío y se encuentra algún quiosco o cabañita si se está en el bosque en la que alguien sirve un pequeño vasito de glögg caliente con alguna galletica. Es realmente cuando más se disfruta!
El tipo de glögg más popular en Suecia y que está bien arraigado en su cultura se llama vinglögg y se elabora a base de vino tinto y especias. Se toma caliente y se le echa pasas o almendras. Puede o no ser una bebida alcohólica, dependiendo de lo que se use como base. La costumbre es bien antigua y es originaria de las tierras nórdicas haciédose popular en Suecia a finales del siglo XIX. Se puede decir que la tradición llegó definitivamente para quedarse, ya que no se concibe el mes de diciembre sin tomar glögg y comer las famosas galletas de jengibre (pepparkakor) que tanto vuelven locos tanto a niños como a adultos, quienes las comen para "ser buenos y nobles" (bli snäll). Claro que es solo un decir pero que a menudo se escucha cuando alguien se para delante de una lata de las galletas y no se puede despegar de ella!
Probablemente sea yo la primera persona que en algún momento ha comparado el olor del glögg con el de desinfectante. La cuestión es que es un olor y sabor peculiar al que hay que darle algún tiempo para poderlo apreciar. Sin dudas algo que todo el que venga a Suecia en esta época del año no puede dejar de probar!
Recuerdo los primeros años celebrando Navidades acá. El olor del glögg me recordaba la sala de esterilización de la clínica dental donde trabajaban mis padres y donde tantas y tantas horas pasé de niña. No entiendo por qué hice la asociación, pero el caso es que estuve un par de años sin poder hacer más que probar el glögg. Hoy por hoy puedo decir que he aprendido a tomarlo y de hecho ya ni pienso en la sala de esterilización! Es bien especial y extremadamente sabroso principalemente cuando se está afuera tiritando del frío y se encuentra algún quiosco o cabañita si se está en el bosque en la que alguien sirve un pequeño vasito de glögg caliente con alguna galletica. Es realmente cuando más se disfruta!
El tipo de glögg más popular en Suecia y que está bien arraigado en su cultura se llama vinglögg y se elabora a base de vino tinto y especias. Se toma caliente y se le echa pasas o almendras. Puede o no ser una bebida alcohólica, dependiendo de lo que se use como base. La costumbre es bien antigua y es originaria de las tierras nórdicas haciédose popular en Suecia a finales del siglo XIX. Se puede decir que la tradición llegó definitivamente para quedarse, ya que no se concibe el mes de diciembre sin tomar glögg y comer las famosas galletas de jengibre (pepparkakor) que tanto vuelven locos tanto a niños como a adultos, quienes las comen para "ser buenos y nobles" (bli snäll). Claro que es solo un decir pero que a menudo se escucha cuando alguien se para delante de una lata de las galletas y no se puede despegar de ella!
Probablemente sea yo la primera persona que en algún momento ha comparado el olor del glögg con el de desinfectante. La cuestión es que es un olor y sabor peculiar al que hay que darle algún tiempo para poderlo apreciar. Sin dudas algo que todo el que venga a Suecia en esta época del año no puede dejar de probar!
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