Ante la enfermedad, "esperemos a ver"

Ante la enfermedad, esperemos a ver... si se cura sola.

Foto: http://nymag.com/

Yo puedo decir, que a pesar de vernir de un país tan diferente me he logrado adaptar a vivir en Suecia a una velocidad supersónica.  Quizás sea porque el amor lo vence todo o sencillamente porque yo acepté desde un inicio que estaba acá y que no tenía sentido pensar en las playas y el verano de Cuba, en los deseos de hablar mi idioma, de comer comida cubana o sencillamente ponerse a extrañar la idiosincrasia y cultura latinos. Sin embargo, la excepción de la regla ha sido la medicina. Sin bochorno alguno puedo decir que yo le tengo terror a la idea de enfermarme en Suecia. La razón? Unica y exclusivamente la filosofía de "esperar a ver" (avvakta) si las enfermedades se curan solas, que se tiene en general en el sistema de salud acá.

Enfermarse, ya sea adultos y en especial niños, no es cosa de juego. Tener una fiebre sostenida de 40 grados durante una semana sin que ni siquiera el médico (läkaren) te vea es algo impensable en otros países. En Suecia, así se trate de un niño pequeño, esto es una realidad. La filosofía, en pocas palabras es la de no indicar medicamentos a menos que la cosa sea bien grave, en otras palabras, que hayas sufrido y padecido durante varios días. No se trata solamente de la prescripción de medicamentos, sino el hecho de que un médico te vea y te consulte para realmente saber cuán serio es el cuadro. Normalmente se llama al número 1177 que es un servicio de "consejos médicos" (sjukvårdsrådgivning) y donde hablas con una enfermera (sjuksköterska) que te indica qué hacer o decide si necesitas ver a un médico en dependencia de los síntomas que tengas.

La explicación de esta política de salud en realidad tiene una base lógica. Los médicos en Suecia escacean y no se dan abasto, ni siquiera en la sala de urgencias de los hospitales (sjukhus). Esto hace que se prioricen los casos más necesitados a la hora de sacar un turno. Algunos políclinicos (vårdcentraler) ofrecen a veces "drop-in", lo cual quiere decir que durante un par de horas en días específicos, puedes llegar a la recepción y pasar a la sala de espera para ver a un médico. Desafortunadamente esto está en dependencia de la capacidad médica que tengan en el momento, así que para nada es algo que se puede dar por sentado.

Vårdcentralen Gripen en Karlstad. Foto: www.vf.se

En cuanto a la no prescripción de medicamentos en lo que ellos consideran "innecesariamente", la justificación es evitar la procreación de bacterias multiresistentes MRSA en los hospitales y centros de salud.  Sin embargo todo tiene un límite, y las consecuencias no pueden ser en mi opinión que las personas tengan que padecer días y más días porque no les quieran precribir las medicinas que llevan hasta a ver si por arte de magia la infección se quita sola. Estamos hablando además de niños pequeños que no pueden ni dormir y se complican muy fácilmente, de madres acabadas de dar a luz con reacciones alérgicas durante días y más días sin recibir un tratamiento adecuado (esto lo viví yo en carne propia después que mi niña nació) y de personas en general que pudiendo mejorar en unos pocos días se pasan semanas padeciendo sin acabar de curarse.

Yo tengo mis motivos para ser escéptica y no confiar, puesto que la diferencia con el sistema de salud en Cuba (a pesar del deterioro de los últimos años) es bien grande. Pero esto que estoy escribiendo aquí es también la opinión y el motivo de frustración de muchos suecos que se han visto en similares situaciones, sobre todo con niños pequeños. Los niños al final "siempre están enfermos" y casi todo según ellos es normal  y no se les da importancia. Algo sobre lo que escribí un poco más amplio hace algunas semanas aquí.

No sé realmente si en algún momento yo lograré cambiar mi opinión y perder el pavor que siento ante una posible enfermedad sobre todo de mi niña.  Estando embarazada me dije que no tenía sentido comparar y traté de alejar todas mis incertidumbres y confiar, a pesar de que en los 9 meses de embarazo las consultas y ultrasonidos siempre fueron con comadronas (barnmorskor) y no con un médico. Al final todo salió bien y el personal que me atendió durante el parto (förlossningen) mejor no pudo ser.  Sin embargo, cada vez que leo una historia sobre las complicaciones a causa de la espera y la no medicación no puedo controlar mi temor y mi desconfianza, algo contra lo que tendré inevitablemente que seguir luchando.